Tercer trimestre

Y de repente aquí habíamos llegado ya. Sólo quedaban tres meses.

Y no teníamos nada. El cochecito estaba encargado, no habíamos comprado la cómoda-cambiador, tu habitación estaba sin empapelar ni pintar, muebles sin comprar... Lo único que teníamos (y gracias a que yo estaba de baja y habían empezado las rebajas en julio...) era algo de ropa para los primeros meses y bastantes vestiditos para el verano siguiente que tendrás 9 meses. 

Llegó el 16 de Septiembre y en un sólo día ya teníamos tu habitación lista gracias a tu madrina y su marido. La habitación que siempre quise para mi hija. Con la elegancia de las bailarinas, pero unas bailarinas especiales, porque quiero que siempre seas diferente al resto de las niñas, que tengas elegancia y personalidad propia. 

En la última ecografía me dijeron que ya estabas muy muy abajo y que pesabas alrededor de 2,200kg, y yo me quedé convencida de que vendrías a conocernos antes de tiempo. 


Pasada la semana 38 empezaron las apuestas. 





Pasaban los días y la presión en la pelvis cada vez era mayor, los paseos empezaron a acortarse y las siestas a aumentar. 

Llegó el 30 de Octubre, tu fecha probable de parto... y se pasó sin ninguna novedad.

El 31 nos tocaba ir a monitores y al tocólogo. Y allí que nos fuimos. Alguna contracción pero no dolorosas. Y la ginecóloga me dijo que tenía el cuello permeable 2cm. si no nacías en 10 días, me provocarían el parto, pero ella estaba convencida de que me iba a poner de parto por mí misma.

El día 2 de Noviembre papá decidió que era un buen día para dar un paseo de dos horas por la arena de la playa. Fuimos paseando hasta la playa, caminamos por la arena y volvimos a casa para ir a hacer la compra y después cambiar unos regalos del cumple de papá. 

RESULTADO: llegué a casa después de toda la tarde, caminando como un astronauta. Y estaba convencida de que al día siguiente ibas a hacer tu aparición estelar. 

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